“SUPER 8”
Super 8 es una película que aún a pesar de ser un filme para todos los públicos sobre todo está destinada a un público nostálgico del cine de ciencia-ficción y de aventuras de los años 80. Evoca a aquellos espectadores que en aquélla época miraban a la pantalla del cine con los ojos inocentes de la infancia.
Nostalgia sería la palabra más exacta para resumir y definir la película que tenemos entre manos. Se descubre en ella un tipo de cine que marcó la infancia de miles o millones de niños de finales de los años 70 y prácticamente la totalidad de la década de los años 80. Éste, era un cine destinado a todos los públicos, con grandes dosis de aventura, fantasía y acción moderada. Un tipo de cine carente de violencia explícita, con un aliño de escenas divertidas y notas de humor, pero que además contenía historias en las que los personajes se encontraban en situaciones difíciles y en ocasiones dramáticas. Cine éste que podemos reconocer fácilmente en películas como: Los Goonies, Dentro del Laberinto, E.T. el extraterrestre o Regreso al Futuro. Películas todas ellas que apuestan por los trucajes, los efectos especiales y la fuerza visual de los planos para fascinar al público infantil.
Pues bien, ante nosotros se nos presenta ésta película que contiene todos o la mayor parte de los ingredientes con los que se moldeaban aquellas historias, pero con el particular enfoque de la época en la que nos encontramos. Aquellas generaciones de espectadores no son las de ahora y si algunas lo son, las tecnologías y la sociedad han cambiado, lo suficiente como para apreciar con claridad la diferencia entre el hacer cine de aquellos años y el de ahora.
Por ello, los niños protagonistas de Super 8 no son los niños del siglo XXI sino los niños de finales del siglo XX. Esos niños no conocían la era digital ni la Alta Definición HD en sus pantallas. Y aunque ya era común el cine en formato panorámico y el vídeo Beta y VHS, aquellos niños eran contemporáneos a las películas de 35 milímetros en las salas de cine y los 8 milímetros en el cine doméstico. Quizás entonces ésta historia sirve como excusa para enseñar a los niños de ahora cómo eran los niños de entonces, que seguramente ahora son sus padres. Super 8 apuesta pues, por la metalingüística cinematográfica, esto es, el cine dentro del cine.
Arranca el filme con una historia entretenida sobre cómo un grupo de chavales intenta hacer una película de terror y las dificultades propias que entraña el hacer una película amateur y poco a poco éste tema se diluye con otros acontecimientos que rompen la cotidianidad de los personajes. Como en aquellas películas de finales del siglo XX contiene escenas de humor, momentos dramáticos y por supuesto aventura y muchos efectos especiales impactantes. Quizá a los niños de ahora no les impacte tanto una historia como ésta sea por lo que sea, pero si Super 8 se hubiese rodado en aquellos años ahora estaría en la memoria de aquellos niños que ahora son grandes como el que firma.