viernes, 26 de agosto de 2011

Crítica: SUPER 8

“SUPER 8”

Super 8 es una película que aún a pesar de ser un filme para todos los públicos sobre todo está destinada a un público nostálgico del cine de ciencia-ficción y de aventuras de los años 80. Evoca a aquellos espectadores que en aquélla época miraban a la pantalla del cine con los ojos inocentes de la infancia.

Nostalgia sería la palabra más exacta para resumir y definir la película que tenemos entre manos. Se descubre en ella un tipo de cine que marcó la infancia de miles o millones de niños de finales de los años 70 y prácticamente la totalidad de la década de los años 80. Éste, era un cine destinado a todos los públicos, con grandes dosis de aventura, fantasía y acción moderada. Un tipo de cine carente de violencia explícita, con un aliño de escenas divertidas y notas de humor, pero que además contenía historias en las que los personajes se encontraban en situaciones difíciles y en ocasiones dramáticas. Cine éste que podemos reconocer fácilmente en películas como: Los Goonies, Dentro del Laberinto, E.T. el extraterrestre o Regreso al Futuro. Películas todas ellas que apuestan por los trucajes, los efectos especiales y la fuerza visual de los planos para fascinar al público infantil.

Pues bien, ante nosotros se nos presenta ésta película que contiene todos o la mayor parte de los ingredientes con los que se moldeaban aquellas historias, pero con el particular enfoque de la época en la que nos encontramos. Aquellas generaciones de espectadores no son las de ahora y si algunas lo son, las tecnologías y la sociedad han cambiado, lo suficiente como para apreciar con claridad la diferencia entre el hacer cine de aquellos años y el de ahora.

Por ello, los niños protagonistas de Super 8 no son los niños del siglo XXI sino los niños de finales del siglo XX. Esos niños no conocían la era digital ni la Alta Definición HD en sus pantallas. Y aunque ya era común el cine en formato panorámico y el vídeo Beta y VHS, aquellos niños eran contemporáneos a las películas de 35 milímetros en las salas de cine y los 8 milímetros en el cine doméstico. Quizás entonces ésta historia sirve como excusa para enseñar a los niños de ahora cómo eran los niños de entonces, que seguramente ahora son sus padres. Super 8 apuesta pues, por la metalingüística cinematográfica, esto es, el cine dentro del cine.

Arranca el filme con una historia entretenida sobre cómo un grupo de chavales intenta hacer una película de terror y las dificultades propias que entraña el hacer una película amateur y poco a poco éste tema se diluye con otros acontecimientos que rompen la cotidianidad de los personajes. Como en aquellas películas de finales del siglo XX contiene escenas de humor, momentos dramáticos y por supuesto aventura y muchos efectos especiales impactantes. Quizá a los niños de ahora no les impacte tanto una historia como ésta sea por lo que sea, pero si Super 8 se hubiese rodado en aquellos años ahora estaría en la memoria de aquellos niños que ahora son grandes como el que firma.   

jueves, 25 de agosto de 2011

Análisis: EL ORÍGEN DEL PLANETA DE LOS SIMIOS


ATENCIÓN: Antes de leer el siguiente texto es conveniente ver la película ya que se desvelan algunos momentos clave del argumento.



EL ORIGEN DEL PLANETA DE LOS SIMIOS
El Origen del Planeta de los Simios, es una película que, aunque a primera vista pueda parecer una precuela orientada a hacer una buena recaudación en taquilla, se descubre como una buena historia bien hilada a medida que avanza el argumento y que a su vez muestra otros interesantes aspectos. Ante la gran pantalla de la sala de cine se nos plantea, aunque pueda parecer una locura, una película de romanos de las de antaño, pero contada de otra manera.

Ésta película nos presenta a César, simio protagonista con nombre romano que ya desde el principio nos da a entender es un líder nato. En cierto momento de la historia, nuestro simio protagonista explica, a un orangután cautivo como él, cómo “la unión hace la fuerza” poniendo como ejemplo una rama que se quiebra. Dato éste, que no deja de ser sino un guiño hacia las “fasces” romanas que llevaban consigo los “líctores” y que precisamente significaban eso mismo.

Posteriormente, surge un enfrentamiento y César se apodera de la porra eléctrica de su despiadado carcelero, acto simbólico que alude posiblemente al bastón de mando de los emperadores, generales y centuriones romanos. Después de arrebatar el bastón de mando a su carcelero César lo arrastra por el suelo hasta el habitáculo circular donde sueltan a los simios cautivos, imagen que rememora a los generales romanos cuando arrastraban a sus enemigos vencidos hasta el centro de Roma, como hiciera en su día Julio César tras vencer a Vercingétorix, líder de los Galos, arrastrando su cuerpo por las calles de Roma.

Otro momento destacable es cuando los simios se arman con puertas de automóviles como escudos y otros objetos semejantes a lanzas, que recuerdan especialmente a los escudos romanos y los dardos “pillum”. Además, la técnica de ataque de los simios frente a los humanos en el puente, recuerda al clásico “movimiento de pinza” desarrollado por Aníbal Barca frente a los romanos en la Batalla de Cannas, lo cual, no deja de ser otro giro en alusión al peplum o cine de romanos, uno de los grandes géneros del cine clásico.

Otro símbolo importante en la historia es ventana de la azotea de la casa donde es acogido nuestro simio y por la que se asoma. Ésta tiene forma de rosa de los vientos y es dibujada por César en la soledad de su celda, donde nuestro simio medita sus futuras decisiones y posibles opciones y caminos.

La cinta por otra parte, contiene guiños y homenajes a otras películas, como por ejemplo: el parecido en los rasgos faciales del chimpancé protagonista con el actor Charlton Heston, quien encarnó el papel del astronauta George Taylor en “El planeta de los simios” en 1968, historia resultante de ésta que tenemos entre manos.

Otro pequeño homenaje es la escena del pasillo de las jaulas de los monos en cautiverio, la cual recuerda a la escena de las celdas de los prisioneros en la película de Stanley Kubrick “Espartaco”, donde éste incita a sus compañeros a la rebelión.

En definitiva, la película, cuenta con los ingredientes necesarios para contar una historia que, como suele ocurrir con muchas otras, son reflejo de la sociedad humana, sin dejar de lado la acción trepidante y esa llamada a sentimientos más profundos del ser humano.


Por: Wladislaw Draculesti