ATENCIÓN: Antes de leer el siguiente texto es conveniente ver la película ya que se desvelan algunos momentos clave del argumento.
El Origen del Planeta de los Simios, es una película que, aunque a primera vista pueda parecer una precuela orientada a hacer una buena recaudación en taquilla, se descubre como una buena historia bien hilada a medida que avanza el argumento y que a su vez muestra otros interesantes aspectos. Ante la gran pantalla de la sala de cine se nos plantea, aunque pueda parecer una locura, una película de romanos de las de antaño, pero contada de otra manera.
Ésta película nos presenta a César, simio protagonista con nombre romano que ya desde el principio nos da a entender es un líder nato. En cierto momento de la historia, nuestro simio protagonista explica, a un orangután cautivo como él, cómo “la unión hace la fuerza” poniendo como ejemplo una rama que se quiebra. Dato éste, que no deja de ser sino un guiño hacia las “fasces” romanas que llevaban consigo los “líctores” y que precisamente significaban eso mismo.
Posteriormente, surge un enfrentamiento y César se apodera de la porra eléctrica de su despiadado carcelero, acto simbólico que alude posiblemente al bastón de mando de los emperadores, generales y centuriones romanos. Después de arrebatar el bastón de mando a su carcelero César lo arrastra por el suelo hasta el habitáculo circular donde sueltan a los simios cautivos, imagen que rememora a los generales romanos cuando arrastraban a sus enemigos vencidos hasta el centro de Roma, como hiciera en su día Julio César tras vencer a Vercingétorix, líder de los Galos, arrastrando su cuerpo por las calles de Roma.
Otro momento destacable es cuando los simios se arman con puertas de automóviles como escudos y otros objetos semejantes a lanzas, que recuerdan especialmente a los escudos romanos y los dardos “pillum”. Además, la técnica de ataque de los simios frente a los humanos en el puente, recuerda al clásico “movimiento de pinza” desarrollado por Aníbal Barca frente a los romanos en la Batalla de Cannas, lo cual, no deja de ser otro giro en alusión al peplum o cine de romanos, uno de los grandes géneros del cine clásico.
Otro símbolo importante en la historia es ventana de la azotea de la casa donde es acogido nuestro simio y por la que se asoma. Ésta tiene forma de rosa de los vientos y es dibujada por César en la soledad de su celda, donde nuestro simio medita sus futuras decisiones y posibles opciones y caminos.
La cinta por otra parte, contiene guiños y homenajes a otras películas, como por ejemplo: el parecido en los rasgos faciales del chimpancé protagonista con el actor Charlton Heston, quien encarnó el papel del astronauta George Taylor en “El planeta de los simios” en 1968, historia resultante de ésta que tenemos entre manos.
Otro pequeño homenaje es la escena del pasillo de las jaulas de los monos en cautiverio, la cual recuerda a la escena de las celdas de los prisioneros en la película de Stanley Kubrick “Espartaco”, donde éste incita a sus compañeros a la rebelión.
En definitiva, la película, cuenta con los ingredientes necesarios para contar una historia que, como suele ocurrir con muchas otras, son reflejo de la sociedad humana, sin dejar de lado la acción trepidante y esa llamada a sentimientos más profundos del ser humano.
Por: Wladislaw Draculesti
No hay comentarios:
Publicar un comentario